El Ayuntamiento de Boadilla del Monte ha conmemorado un año más junto a la Comunidad Judía de Madrid el Día de la Memoria del Holocausto, designado por Naciones Unidas el 27 de enero, día en que se liberó el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau en 1.945.
Al inicio del acto celebrado este lunes se proyectó el video con el único álbum de fotos que existe de la llegada de prisioneros al campo. Tras la proyección intervinieron Eva Leitman Bohrer, miembro de la Junta Directiva de la Comunidad Judía de Madrid, Miguel de Lucas, director de Centro Sefarad-Israel, Yinam Cohen, ministro consejero de la Embajada de Israel en España y, para cerrar las intervenciones, Noah Klieger, superviviente de los campos de Auschwitz-Birkenau, Mittelbau-Dora y Ravensbrück, de donde fue liberado. Después de la guerra estudió periodismo y se dedicó a cubrir los juicios a los nazis en Bélgica, Francia y Alemania.
En el acto estuvieron también presentes representantes de Justos entre las Naciones, el equipo de gobierno municipal y otros miembros de la Corporación y de los cuerpos de seguridad del municipio así como miembros de la Asociación de Mayores de Boadilla del Monte, representantes de urbanizaciones y numerosos alumnos del IES Máximo Trueba.
A continuación se procedió al encendido de seis velas para recordar, respectivamente, a los seis millones de judíos asesinados, a los supervivientes que rehicieron sus vidas, al millón y medio de niños menores de 16 años víctimas de los nazis, a las otras minorías también asesinadas, a los Justos entre las Naciones, que arriesgaron sus vidas para salvar a muchos de los perseguidos y a la ineludible obligación de luchar contra el negacionismo, rechazar el odio, combatir la indiferencia y elevar los principios de la convivencia y de la vida misma.
Después del encendido de las velas, alumnos de la Escuela de Música de Boadilla interpretaron una pieza musical tras la cual se guardó un minuto de silencio en memoria de todas las víctimas de la Shoá.
El alcalde de Boadilla del Monte, Antonio González Terol, cerró el acto expresando el recuerdo a todas las víctimas y la necesidad de no olvidar el dolor, el horror y la destrucción que el totalitarismo puede causar por su rechazo hacia los que piensan y son diferentes, su absoluto desprecio a la democracia y a las libertades que consagra y la creencia de que una determinada raza y territorio pueden ser mejores que otros. Por último, señaló la necesidad de comprometerse, tal como hicieron los Justos entre las Naciones, en la defensa de la vida, la dignidad de todos los seres humanos, la libertad y la democracia.