La Chocolatería Tacita de Plata abre sus puertas en Boadilla para conmemorar la historia de una gran tradición familiar con más de 100 años de experiencia en el sector.
Hace años, Florencio, su fundador, comenzó a vender churros por las calles de Madrid. Iniciaba así un oficio en su familia que ha pasado de padres a hijos hasta la actualidad. Ahora, inauguran una nueva cafetería en Boadilla, manteniendo la técnica y la receta artesanal de los churros y las porras con el chocolate al más puro estilo madrileño.
La chocolatería apuesta por un local abierto al público. Está construida con paredes de cristal para que los clientes puedan ver todo el proceso de elaboración, lo que garantiza calidad e higiene. Los productos que utilizan, como la masa o el aceite, son materia prima de máxima calidad que cambian a diario. Algo fundamental para conseguir el sabor inconfundible del buen churro y de las porras.
El chocolate, también de elaboración propia, es preparado con leche de primera calidad para una espesura y textura únicas. Tacita de Plata cuenta, además, con una amplia y variada carta de productos artesanales elaborados a diario. Desde los churros y porras más tradicionales, hasta el churro bombón, los rellenos de distintos sabores como crema o dulce de leche, flores de azúcar, croissants, napolitanas y cañas de crema horneadas cada mañana.
El diseño del local está inspirado en su totalidad en las antiguas churrerías y chocolaterías. Su interior cuenta con una cuidada decoración que transmite calidez y buen gusto. Las paredes hacen referencia a los edificios más emblemáticos de Madrid, mesas de mármol, sillas de madera y lámparas de cristal.
Apta para todo tipo de clientes, la chocolatería busca esa esencia del tradicional ´chocolate con churros´ que nos ha acompañado siempre. Y, poco a poco, adaptándose a los nuevos tiempos e incorporando ideas.