Los cinco centros públicos de educación infantil y primaria de Boadilla del Monte (Ágora, Teresa Berganza, Federico García Lorca, José Bergamín y Príncipe Don Felipe) contarán a partir de ahora con desfibriladores semiautomáticos con el fin de que se pueda afrontar de manera inmediata una emergencia derivada de una parada cardiaca.
Estos nuevos desfibriladores se suman a los 17 que ya están instalados en distintos edificios públicos e instalaciones municipales de la localidad, en concreto en las dos sedes del Ayuntamiento, los polideportivos, la piscina cubierta, la Casa de la Cultura, el Auditorio, el Centro de Formación, la Casa de la Juventud, el Centro de Empresas, la sala de Lectura La Millonaria, la Biblioteca José Ortega y Gasset y el edificio que alberga el Registro Civil, el Juzgado de Paz y la base de Protección Civil.
Con estos 22 desfibriladores la ratio se sitúa en uno por cada 2.300 habitantes de Boadilla. El alcalde de la localidad, Antonio González Terol, ha asistido a la instalación de uno de ellos en el CEIP Ágora y en los próximos días se instalarán en los demás centros educativos.
Su utilización es sencilla ya que el propio aparato da instrucciones escritas y habladas de lo que hay que hacer y su uso es totalmente seguro para la víctima, el reanimador y el entorno. Protección Civil ha instruido ya a trabajadores municipales, voluntarios, miembros de asociaciones deportivas, asociaciones de vecinos, etc, y ahora lo hará con personal de los centros educativos mencionados.
El Ayuntamiento de Boadilla «se adelanta así a la obligación legal de instalación de los desfibriladores en determinados espacios que la Comunidad de Madrid regulará con un Decreto que en este momento se encuentra en fase de elaboración».
La desfibrilación temprana logra la recuperación del ritmo cardiaco efectivo en más del 90 por ciento de los casos, siempre que se efectúe en el primer minuto de evolución. La realización de las maniobras básicas de reanimación eleva las posibilidades de supervivencia de un 2 por ciento a un 30 pot cientyo mientras se espera la llegada de asistencia médica.
El aparato analiza el ritmo cardiaco y detecta con «altísima seguridad» si la parada puede o no tratarse con una descarga eléctrica.
El infarto agudo de miocardio es la causa más frecuente de muerte súbita cardiaca en el adulto. En España se producen más de 68.000 infartos al año, que provocan una parada cardiaca en más del 50 por ciento de los casos. En más del 30 por ciento de los mismos el paciente fallece antes de poder ser atendido en un hospital.