Todos entendemos que el programa electoral debe ser el «contrato» que una formación política suscribe con los ciudadanos, con propuestas de obligado cumplimiento y acordes a las necesidades concretas de aquello sobre lo que se realizan.

Desde este punto de vista, el programa que Ciudadanos presenta para Boadilla del Monte supone, en muchas de sus medidas, un insulto a la inteligencia y una falta de respeto a los vecinos. Los concejales de Cs parecen haber pasado estos cuatro años de oposición cobrando un sueldo inmerecido, a la luz del desconocimiento de la realidad del municipio que demuestran tener.

Solo unas cuantas cuestiones para la reflexión:

¿Se puede proponer para Boadilla “perseguir a los manteros que invaden la vía pública”? ¿O “erradicar el sin hogarismo”? Obviamente no porque afortunadamente son problemas inexistentes en la localidad.

¿A qué zonas rurales de Boadilla se dirige la propuesta de “extender el concepto de Smart Cities a las Smart Lands priorizando la innovación en esas zonas para que no pierdan el tren de la innovación global”? ¿”Para quién proponen un Plan Integral Contra la Pobreza Infantil”? ¿Qué Boadilla conoce (o mejor, desconoce) Ciudadanos?

¿Cómo piensan cumplir propuestas para las que el ayuntamiento no tienen competencias: “mejorar la calidad del agua potable, fomentar la investigación o modificar los horarios comerciales”? Por no hablar de otras muchas que ya están implantadas y funcionando desde hace tiempo.

En definitiva, gran parte del programa electoral de la formación naranja no parece más que un «corta y pega» de algún documento marco, con propuestas generales que difícilmente encajan en la realidad de Boadilla. Queda patente así el poco interés que los candidatos de Cs y la dirección de partido en la localidad han puesto para trasladar a los vecinos las medidas con las que pretenden mejorar la vida del municipio.