Adagio, la heladería artesanal ubicada en el corazón del casco antiguo de Boadilla del Monte, ha conquistado al público en su primera participación en la Ruta de la Tapa. Su propuesta “Viaje a Sicilia”, una delicada y elaborada creación dulce, ha sido reconocida como la mejor por votación popular, destacando entre decenas de participantes, en un certamen donde normalmente predominan las tapas saladas.
Charlamos con Dario, responsable del proyecto y maestro del gelato, que llegó desde Sicilia con más de 15 años de experiencia en el sector. En esta entrevista nos habla del origen de Adagio, de su filosofía basada en el disfrute pausado, y del proceso creativo detrás de una tapa que ha conseguido emocionar al público y traer un pedacito de Italia a Boadilla.
Dario, lo primero: enhorabuena otra vez por el premio. ¿Cómo has vivido este reconocimiento?
Muchas gracias. Para nosotros ha sido una experiencia muy especial. Era la primera vez que participábamos en la Ruta de la Tapa y lo hicimos con muchísima ilusión. Somos un proyecto joven, llevamos pocos años en Boadilla, y ganar este reconocimiento en nuestra primera participación ha sido algo realmente emocionante. Lo vivimos con alegría, como un regalo del público, porque fueron ellos quienes nos votaron. Agradecer a todos los que nos probaron y votaron. Ver esa respuesta tan positiva, esa conexión con lo que ofrecemos, nos ha dado una gran motivación para seguir creciendo.
“Viaje a Sicilia” ha conquistado al público. ¿Qué sabores y texturas ofrecía? ¿Qué historia querías contar con ella?
‘Viaje a Sicilia’ fue una elaboración que diseñamos especialmente para la Ruta de la Tapa. La construimos en torno al pistacho, que es uno de los sabores más característicos de mi tierra y también uno de los más apreciados por nuestros clientes. La tapa tenía cuatro elaboraciones distintas, todas hechas al momento, y cada una buscaba evocar un sabor, una textura o una sensación.
Me gusta mucho trabajar en equipo y compartir el proceso creativo. En este caso, por ejemplo, ‘Viaje a Sicilia’ la desarrollamos junto a nuestra maestra heladera. La idea era que, a través de esas cuatro partes, la gente pudiera hacer un pequeño viaje por los sabores de Sicilia, mi tierra. Fue una elaboración bastante laboriosa, porque no era algo que pudiéramos tener preparado; todo se montaba en el momento. Pero valió mucho la pena, porque vimos que la gente lo disfrutó mucho y recibió muy bien la propuesta.

En esa línea, vuestro lema es “Il dolce far niente”, una frase muy italiana que muchos asocian con el placer de vivir despacio. ¿Cómo se traduce eso en la experiencia que ofrecéis en Adagio?
Si, esa es nuestra filosofía. En Adagio queremos que la gente se tome su tiempo, que disfrute, que se relaje. Estamos ubicados en la plaza del casco antiguo de Boadilla, un lugar lleno de vida, con familias, niños, vecinos que se conocen… Nos parecía el sitio ideal para crear un espacio cálido, donde no solo vienes a comerte un helado, sino a vivir un momento. Es el espíritu italiano de saborear la vida sin prisas, que intentamos reflejar en todo lo que hacemos.
Siendo siciliano, ¿qué te hizo elegir un sitio como Boadilla del Monte para montar tu local?
La idea de abrir Adagio surgió hace unos años, cuando se presentó la oportunidad. Yo ya tenía más de 15 años de experiencia en el mundo de la gelateria en Italia, y desde siempre quise crear un lugar que uniera esa tradición con un entorno acogedor. Boadilla del Monte nos enamoró desde el primer momento: tiene ese aire de pueblo dentro de una ciudad, una comunidad muy familiar, gente amable. Encontramos este local en la plaza del pueblo y senti que era el sitio perfecto para hacer realidad ese concepto que tenía en mente.
Adagio ya es un referente en la zona. ¿Qué crees que os diferencia dentro del panorama gastronómico?
Creo que lo que más nos diferencia es la autenticidad. Hacemos nuestro helado a diario en el obrador, con ingredientes que llegan directamente desde Italia. Siempre apostamos por lo artesanal, por la calidad. Además, siempre explicamos una diferencia clave: lo que nosotros elaboramos es gelato, no simplemente helado. El gelato tiene menos grasa, se sirve a una temperatura más alta y se elabora con menos aire, lo que intensifica el sabor y la cremosidad. También intentamos innovar y adaptarnos. Tenemos opciones para todos los gustos: helados sin gluten, sin lactosa, sin azúcar, veganos… No queremos que nadie se quede sin poder disfrutar. Todo lo que hacemos, lo hacemos con cariño y dedicación.
Además de vuestro gelato ¿Qué otros productos ofrecéis ?
Nuestro producto estrella es el gelato, sí, pero en Adagio también elaboramos muchos otros productos artesanales. Tenemos una selección de postres como tartas, tiramisú, galletas… Todo hecho por nosotros.Si hay algo que destacaría especialmente es el panettone. Es un producto que preparamos de forma completamente artesanal, con fermentación natural, y cuidamos cada parte del proceso. Es muy típico de la tradición italiana, pero aquí también ha tenido una acogida maravillosa.

Lo dulce no siempre es protagonista en concursos de tapas. ¿Crees que está cambiando la percepción? ¿Qué opinas de iniciativas como la Ruta de la Tapa?
Nos hizo mucha ilusión poder participar con una tapa dulce, ya que en este tipo de concursos las propuestas saladas suelen acaparar casi toda la atención. El hecho de incluir también elaboraciones dulces abre la puerta a que tanto yo, como muchos otros compañeros del sector, podamos sumarnos. Iniciativas como la Ruta de la Tapa son muy valiosas porque nos dan visibilidad y nos acercan a un público más amplio. Y, por supuesto, después de una buena tapa salada… siempre apetece algo dulce.
¿Qué te inspira a la hora de crear nuevos postres o tapas?
Es una mezcla de muchas cosas. La inspiración puede venir de un ingrediente, de un recuerdo, de una emoción… pero siempre buscamos que detrás de cada elaboración haya una historia que contar. Lo más importante para mí es que no creo solo: me gusta mucho trabajar en equipo.
En Adagio, todo el proceso creativo lo comparto con Blanca, la maestra heladera que está conmigo desde el principio. Juntos ideamos, seleccionamos y elaboramos tanto las recetas de los helados como las de nuestros postres artesanales. Es un trabajo en equipo muy bonito, donde cada detalle se cuida al máximo. Creo que cuando algo se hace así, con pasión compartida, se nota en el resultado.

Para terminar: después de este premio, ¿Ya estáis pensando en qué presentar el año que viene?
Sí, claro. Ya estamos pensando en la siguiente edición… ¡y la verdad es que sentimos un poco de presión!. Este premio ha sido una alegría enorme, pero también nos pone el listón muy alto para lo que viene. ‘Viaje a Sicilia’ no está disponible ahora porque era una elaboración bastante laboriosa, con cuatro pasos distintos y todo hecho al momento, así que no era una tapa que pudiéramos tener preparada de forma habitual.
¿Algún mensaje para quienes aún no os han visitado?
Solo puedo decir que estamos aquí con los brazos abiertos. A todos los que ya nos conocen, muchísimas gracias por su apoyo. Y a los que aún no han venido: os invito a pasar por Adagio, probar nuestros helados artesanos, nuestras tartas, tiramisús, galletas, y por supuesto nuestro panettone. Todo lo hacemos de forma artesanal para que cada visita sea una experiencia. Os esperamos.