El patrimonio histórico de Boadilla del Monte, con el Palacio del Infante Don Luis como estandarte, es una riqueza incalculable. Sus fuentes, conventos, ermitas, iglesias y puentes, son testigos de la historia de nuestro país, a lo largo de numerosos siglos. En este reportaje te ofrecemos los lugares que recorren esta Ruta Monumental, que comienza el que antiguamente se llamaba, antes de su última transformación, encargada por el Infante D. Luis de Borbón, el Palacio de las Dos Torres. Lo adquirió en 1761 y le encargó su remodelación al arquitecto Ventura Rodríguez.
El renovado edificio fue evolucionando desde un simple pabellón de caza a un palacio, centro de un complejo sitio señorial, en el que el Infante, hermano menor de Carlos III, conformó entre 1765 y 1776 su Corte ilustrada. Una de las torres alberga la espectacular cúpula de la capilla y también destacan el panteón funerario de los descendientes del Infante y la Sala de Música.
Los jardines del Palacio
Dicen que el palacio se construyó “mirando hacia afuera” porque la intención primera era utilizarlo como pabellón de caza. Sus jardines ocupan una superficie de siete hectáreas, enmarcada dentro de un conjunto ajardinado de trazado regular dispuesto en tres terrazas, debido al desnivel del suelo, a las que se accede por medio de escalinatas. A ellas hay que añadir una huerta y un parque agreste que prolongan la zona ajardinada integrando la arquitectura palaciega con la zona rural.
Las huertas del Palacio
Están ubicadas en la tercera terraza y, con sus cuatro hectáreas de extensión, cobran un enorme protagonismo. En el siglo XVIII, las huertas palaciegas mostraban el poder y riqueza de su propietario, bien fuera rey, príncipe o noble. Además, el hecho de estar integradas dentro del recinto las convierte en un elemento muy singular, ya que en La Granja de San Ildefonso o en Aranjuez, por ejemplo, las huertas quedan en el exterior o en un lateral del palacio.
La fuente de Ventura Rodríguez
La conocida como fuente de Ventura Rodríguez o de los Tres Caños, forma parte del complejo palatino del Infante Don Luis. En realidad se trata del frente monumental de un depósito de agua, de forma cúbica, que regulaba el abastecimiento hidráulico al Palacio y a sus fuentes, jardines y huertas a través de conductos subterráneos. Fue restaurada en 2008 y recuerda de manera simplificada el esquema de la Fontana di Trevi, con planta cuadrada.
La iglesia de San Cristóbal
Es una iglesia de estilo mudéjar y estructura románica. Su núcleo arquitectónico data del siglo XIII y presenta tres naves, separadas por arcos sobre pilares y techumbre de madera y cabecera con ábside semicircular, posiblemente ampliado en fecha posterior a la construcción original.
Destaca su campanario, de base maciza, lo que tal vez permite pensar en la reutilización de una atalaya. En el lado del Evangelio se encuentra la capilla barroca de los González de Uzqueta, señores de Boadilla en la segunda mitad del siglo XVII y fundadores del Convento de la Encarnación.
El Convento de la Encarnación
Fundado en 1674, es un conjunto, que conforma un pequeño entramado urbano y que incluye además la iglesia, la casa de Capelllanes y la hospedería, construido todo ello bajo el mecenazgo de María de Vera, viuda de Juan González de Uzqueta, consejero real y señor de Boadilla del Monte.
En el siglo XVII muchos miembros de la Corte crearon fundaciones monásticas, como consecuencia de la gran religiosidad de la España contrarreformista pero también para manifestar su poder y prestigio social. El Convento fue declarado, junto con el Palacio del Infante Don Luis, Conjunto Histórico 1n 1974. Ha estado habitado hasta mediados de la década de los 70 del pasado siglo, cuando las monjas decidieron trasladarse a un edificio cercano de nueva construcción.
La Ermita de San Sebastián
Se trata de un sencillo edificio de forma cúbica, y realizado en ladrillo y tapial, que fue construido en el siglo XVII. Tenía en origen una cubierta de madera que quedó oculta por una bóveda de ladrillo. Junto a la ermita, se encuentra el cementerio parroquial, de época posterior y cuyos muros fueron levantados tras la Guerra Civil.
El puente de piedra sobre el Arroyo Vallelargo
El Puente sobre el arroyo Vallelargo es una obra atribuida al arquitecto Ventura Rodríguez realizada para facilitar el acceso al Palacio del Infante Don Luis. Servía tanto al camino de Boadilla a Segovia como al camino Real de Madrid a Segovia por la Venta de San Antón y Galapagar, ambos muy utilizados dentro del programa itinerante estacional de la corte de Carlos III.
La profunda reforma que el Infante D. Luis acometió en el Palacio, las actividades de mecenazgo cultural que promovió; y la excelencia de un importante coto de caza en el Monte de Boadilla, generaron un notable tránsito de personas en la zona. Por ello, fue necesario mejorar los accesos a la villa con obras arquitectónicas como este puente; que, además, anunciaba al visitante la relevancia de los residentes del Palacio.
El Puente del Camino de Madrid sobre el Arroyo Nacedero
El puente sobre arroyo Nacedero, atribuido también a Ventura Rodríguez, fue realizado para facilitar el acceso al palacio desde la carretera de Madrid. Se encuentra en pleno casco histórico del municipio a escasa distancia del Palacio del Infante Don Luis de Borbón; por lo que debe entenderse como parte del conjunto monumental del sitio señorial.
Durante los años que el Infante residió en Palacio hasta su casamiento en 1776 y posterior traslado a Arenas de San Pedro, pasó también temporadas en el Palacio Real de Madrid, donde conservaba sus aposentos.
Por todas estas razones, una visita a Boadilla del Monte, nos permite pasar un día inolvidable lleno de historia; tradición, cultura y naturaleza, que el municipio pone a nuestra disposición.
Fotos: Ayuntamiento de Boadilla del Monte
Me parece preciosa la exposición sobre la cultura arquitectónica de Boadilla. Mi mejor enhorabuena. Habría que enseñarlo más.
Gracias por compartir la información sobre los bienes de interés cultural que tiene nuestro municipio. Un pequeño lujo en la zona noroeste, verdad? En Boadilla, tenemos una amplia oferta que junto con el maravilloso monte y toda la programación de Cultura no da un respiro a vecinos y visitantes… Siempre hay algo estupendo y divertido que hacer en esta ciudad!